Se ha observado, en numerosos estudios, como una alimentación rica en proteínas puede activar el cáncer; así ha quedado demostrado por el Doctor T. Colin Campbell, autor de El estudio de China (ver reseña). En este último, Campbell relata como dos grupos de ratas fueron tratados con aflatoxinas, un poderoso cancerígeno que afecta al hígado. A uno de esos grupos se le administró, además, una alimentación enriquecida con un 20% de caseína (proteína de la leche), mientras que a la comida del otro grupo solamente se le agregó la cuarta parte de esa sustancia. Luego de cien semanas, todos los animales del primer grupo estaban muertos o moribundos. En cambio, el otro grupo, a pesar de haber recibido la misma cantidad de aflatoxinas, tenía a todos sus integrantes vivos, mostrando todos una gran vitalidad, lo cual se podía observar en su sedoso pelaje.
Por otra parte, hubo un descenso en el crecimiento de tumores de un 35 a un 40%, en el caso de los animales cuya alimentación pasó de ser rica en proteína láctea a ser proteínicamente escasa. Esos valores volvían a subir, cuando se volvía al exceso de proteínas. De esta manera, Campbell ha podido demostrar que la proteína de la leche influye en las células y las hace reaccionar como cancerígenas.
Fue así como Campbell, luego, realizó estudios con personas, en donde reveló que un elevado nivel de colesterol no solamente era un claro signo de la probabilidad de sufrir afecciones cardiovasculares, sino que también representaba un elevado riesgo de cáncer. El colesterol alto en la sangre surge por una alimentación carnívora que aporta gran cantidad de contenido graso; es decir, una dieta rica en alimentos provenientes de animales (lácteos, carnes) es realmente perjudicial para nuestra salud.
Fuentes: - Campell, T. Colin (2012) El estudio de China. Dallas: BenBella.
- Dahlke, Ruediger (2012) Alimentación vegana. Barcelona: RBA Libros.
Por Cristina Valdivia L.